¿Por qué comemos con los ojos?
Los mecanismos que regulan el hambre y la saciedad no son sólo fisiológicos o digestivos. Insomnio, estrés, educación, genes, flora intestinal o estado de ánimo median en el apetito. Hay hambre de boca, hambre de estómago, hambre de mente, hambre de olfato, hambre social, hambre emocional…
El gusto y el olfato no son los actores principales en esta obra. Debemos tener en cuenta que nuestros ojos son unos de los protagonista principales.
Con el tiempo hemos entrenado a nuestros ojos para percibir cuando algo esta delicioso, es crujiente o caliente, incluso en ocasiones y aunque parezca increíble cuando es salado, dulce o ácido, y hemos aprendido a hacer estas distinciones incluso cuando el plato está fotografiado o aparece en una televisión.
Investigadores han probado científicamente, que basta con ver un plato de comida de aspecto delicioso para que se estimule nuestra voracidad. Concretamente, la imagen de la comida aumenta la concentración sanguínea de la hormona grelina, también conocida como la hormona del hambre, responsable de la sensación de apetito. La permanente presencia de comida apetecible en los medios -anuncios de televisión, prensa, blogs, etc.- puede estar contribuyendo al aumento de peso en occidente. El peligro de ver estas imágenes es que pueden llevarnos a consumir alimentos que nuestro cuerpo realmente no necesita para mantener sus niveles de energía.
Podría decirse que las hormonas que regulan el hambre son la leptina, que se produce en el tejido adiposo, y la grelina, segregada en la mucosa gástrica. Cuando una persona pasa varias horas sin comer, bajan sus niveles de leptina (que tiene efecto saciante) y suben los de grelina, que estimula el apetito. Pero cuando se duerme poco también sube la grelina y baja la leptina, así que la persona suele comer más. Además, quienes duermen menos también tienen más resistencia a la insulina, que es otra hormona implicada en la sensación de saciedad. También, han observado que en los obesos la secreción de leptina no funciona bien, y que en situaciones de estrés es la grelina la que se ve alterada.
Por tanto, para evitar que se dispare la grelina debemos, hacer 4, 5 o 6 comidas y llevar una vida lo menos estresada posible y dormir las horas oportunas.
Es muy importante, hacer las 4, 5 o 6 comidas a lo largo del día, pero, sobre todo saber escoger los alimentos. Piensa que te saciará mejor y que será mejor para ti.
Aquí te dejo unas fotos comparativas que son muy curiosas.
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