¿Por qué nos quedamos a medio camino?
¿Por qué nos desmotivamos?
¿Por qué no tenemos fuerzas?
Hay veces que parece que somos capaces de mover montañas y otras veces, en donde levantarse de la cama resulta toda una proeza.
¿Cuántas veces has dicho: “no me da tiempo”? Nos acostamos por la noche agotados y a la mañana siguiente se repite la misma dinámica, con la preocupación de que “no tenemos tiempo”.
Nos hemos olvidado de saber administrar nuestra energía. Cuando nos agotamos no siempre es por el estrés, sino porque no hemos dedicado esfuerzo o tiempo a recuperarla.
Gestiona tu energía, no tu tiempo. Así como las emociones positivas nos llevan a un buen desempeño, las negativas como la frustración, la impaciencia, la tristeza, el miedo… nos restan energía. Es crucial aprender a RECUPERAR de forma más eficaz nuestra energía.
A veces pasamos nuestros límites y llegamos a la fatiga mental. Nos hacemos incapaces de seguir con lo que nos hemos propuesto o nuestro día a día.
La fatiga mental y emocional es un estado de agotamiento físico y psicológico crónico, resultado de un exceso de exigencias personales y un estrés mental continuado. Es la sensación de estar emocionalmente exhaustos y agotados por las situaciones que nos rodean.
Signos y síntomas de la fatiga emocional
Cada individuo posee una capacidad única de enfrentarse al estrés. Cuando se excede su capacidad, el sistema puede dejar de funcionar correctamente o incluso apagarse por completo.
- Trastornos del sueño
- Sensación de agotamiento físico y mental
- Angustia. Impotencia
- Dolor de cabeza y muscular
- Problemas digestivos (diarreas y náuseas)
- Palpitaciones
- Aislamiento
- Dificultad para concentrarse. Nerviosismo
- Desmotivación
Estrategias para RENOVAR efectivamente tu energía:
1.- Pararnos a analizar con más calma la situación, qué está pasando y cuál puede ser la verdadera causa de nuestro agotamiento, (importante evitar culpar a otros de nuestros problemas).
2. – Haz pausas en tu trabajo. Pon límites. No hacernos excesivas demandas a nosotros mismos, ni permitir que otros nos las hagan. Debes aprender a no decir SI a todo.
3.- Cubre primero tus necesidades básicas. Ten una alimentación equilibrada y variada, haz ejercicio físico que te ayudará a oxigenar tu vida y duerme lo suficiente.
5.- Medita. Tómate tu tiempo. Sentirte bien contigo mismo y distraerte de tus problemas puede tener grandes beneficios. Muchas veces pasamos la mitad de nuestro tiempo satisfaciendo las necesidades de nuestro alrededor, olvidándonos de nosotros mismo por completo. No hagas favores para sentirte mejor contigo mismo. (Es como construir la casa por el tejado).
Céntrate en el momento presente. No te angusties recordando situaciones que ya han pasado, ni estés preocupado todo el día por lo que te traerá el futuro, no te traerá ningún bien. Si logras centrarte en lo que te está sucediendo en este preciso momento, podrás reducir notablemente tus niveles de estrés.
Abandona la culpa. Debemos empezar a ser menos exigentes con nosotros mismos, porque en vez de invertirla en machacarnos, la aprovecharemos en cuidarnos.
No te aísles. Hablar con personas que están experimentando problemas similares a los nuestros siempre es útil. Rodéate de gente que te multiplique.
¡¡ORGANIZA TUS IDEAS, ENCUENTRA TUS LÍMITES Y LANZATÉ POR TUS OBJETIVOS!!
Lidia Bastián
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